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lunes, 3 de mayo de 2021
JUAN GABRIEL
JAVIER SOLIS
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Biografía de Javier Solís
Dados sus humildes orígenes, a una edad temprana Solís tuvo que abandonar la escuela para ayudar a mantener a su familia. Se entrenó como boxeador aficionado durante seis años, con aspiraciones de convertirse en profesional, pero se retiró después de que su padre le instó a elegir una profesión más "decente". El joven solía cantar en concursos locales compitiendo por pequeños premios (como un par de zapatos nuevos). Ganó varios concursos cantando tangos, bajo el nombre de Javier Luquín.
A los 16 años, participó en una gira a Puebla, junto con Mariachi Metepec; pero no fue hasta años después, cuando Julito Rodríguez y Alfredo Gil del trío Los Panchos le oyeron cantar en un bar local, que consiguió su primera oportunidad como artista de grabación. Es en esta época cuando, a sugerencia de su amigo Manuel Garay, cambió su seudónimo a Javier Solís con el cual lograría la fama artística.
Su audición fue aprobada y pudo grabar su primer single que incluyó los temas "Negar Por Qué" y "Qué te importa", por el que obtuvo su primer disco de platino el 5 de septiembre de 1957.
El 18 de junio de 1959 comenzó su primera gira internacional a los Estados Unidos, Centro y Sur América, actuando en lugares como el Million Dolar, Puerto Rico, y los teatros Lyceum.
En febrero de 1960 hizo su primera película, "El Norteño"; en total filamría 33 películas, entre ellas "Los forajidos", "México de mi corazón", "Campeón del barrio", "Los que nunca amaron" o "Juan Pistolas".
JOSE ALFREDO JIMENEZ
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José Alfredo Jiménez
(Dolores Hidalgo, Guanajuato, 1926 - Ciudad de México, 1973) Cantante y compositor mexicano. Dotado de una extraordinaria fecundidad creativa, fue uno de los más destacados representante de la canción ranchera. Temas como El rey, su canción más popular, le hicieron famoso en México y en todo el mundo.
Siendo niño se trasladó junto con su familia a la capital de la República, y a los 14 años compuso su primera canción. Pese a demostrar tempranamente su talento innato para la composición, el éxito tardó en sonreírle. Durante su juventud ejerció los más variados oficios, desde el de futbolista en el Marte (un equipo de primera división) hasta el de camarero en un restaurante en el que trabaría una amistad providencial con el hijo del dueño, a la sazón guitarrista del trío Los Rebeldes.
En 1948, acompañado por el trío Los Rebeldes, José Alfredo Jiménez cantó por vez primera en la radio. Pero no fue hasta 1950 que comenzó a ganar celebridad gracias a su canción Yo (grabada por Andrés Huesca y sus Costeños), que sería el primer título de una larga lista de éxitos.
Comenzó así una fructífera carrera que lo convirtió en el más destacado compositor de canciones rancheras en México; los mejores cantantes e intérpretes se disputaban sus temas para incluirlos en su repertorio. Sus melodías fueron interpretadas por Jorge Negrete, Pedro Infante, Miguel Aceves Mejía, Lola Beltrán, Javier Solís y la española Maria Dolores Pradera, entre otros. De entre sus canciones, son especialmente recordadas El rey, No me amenaces, Amanecí en tus brazos, Paloma querida, Caminos de Guanajuato, Caballo blanco y Un mundo raro.
El éxito como compositor y cantante llevó a José Alfredo Jiménez a una frenética actividad profesional. Además de dar sus recitales y conciertos, trabajó en el teatro, en la televisión y en la radio, tanto en México como en el extranjero. En el cine alcanzó gran popularidad gracias a cintas como Martín Corona (1950), Póquer de ases (1952), Guitarras de medianoche (1958) y La feria de San Marcos (1958).
La música de José Alfredo Jiménez arraigó profundamente en el gusto popular mexicano. Sus composiciones adquirieron una enorme popularidad gracias a la belleza y simplicidad de sus letras y melodías y a la expresión sincera y directa de sentimientos con los que el público podía sentirse fácilmente identificado. Verdaderamente el compositor supo plasmar, con realismo y emoción contenida, el amor y el desamor, la nostalgia por la vida campesina, y, en definitiva, toda la gama de los sentimientos humanos, incluyendo el odio, la rabia o el desengaño, así como la ternura y magia que extraía a menudo de cualquier escena en apariencia insignificante de la vida cotidiana.